Reconócelo, a ti también te ha pasado. Llegas a casa después de un día complicado en el trabajo, te pones cómod@ y zas! El tigre que tienes dentro despierta de su letargo y necesita comer, te vas a la nevera y coges lo primero que tienes delante, y comes como si no hubiese un mañana. ¿Cuántas veces nos pasa esto?
En estos momentos es cuando tener la nevera bien organizada es fundamental para no caer en picoteos hipercalóricos, hiperpalatables, los procesados que solemos tener para esos momentos en que nos sentimos como Carpante no son saludables, ni mucho menos aconsejables para mantener un buen estado de salud.
¿Qué tomar en esos momentos de bajón?
Pepinillos y encurtidos
Hummus con crudités
Un puñado de frutos secos (tostados o al natural sin sal)
Garbanzos tostados
Palomitas de maíz (sin mantequillla)
Chocolate negro (85% mínimo)
Queso fresco
Yogurt natural
Bol de frutas
Gelatina casera de frutas
¿Qué conviene evitar?
Galletas
Bollería
Snacks salados (patatas fritas, frutos secos fritos y salados, doritos y similares)
Barritas de cereales
Y no olvides que la sensación de saciedad tarda aproximadamente 20 minutos en llegar al cerebro, por eso es importante comer despacio, masticar y disfrutar del momento, siendo conscientes de ello, para no darnos un atracón descontrolado. Esto sucede porque mientras comemos el cuerpo deja de segregar grelina (esta hormona nos produce sensación de hambre) y aumentan los valores de leptina (produce sensación de saciedad). Este proceso no es inmediato. Es importante en este sentido, aprender a reconocer las sensaciones y entrenar en ello, para no darnos atracones que nos dejan una sensación de hartazgo en el estómago y de arrepentimiento en la cabeza.
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