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¿Cuánto influye la alimentación en nuestra salud?
Seguro que habéis oído hablar del síndrome metabólico. Se trata de un conjunto de trastornos metabólicos, fisiológicos y químicos que nos predisponen a padecer enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2, con los riesgos que ello conlleva.
Sobrepeso/obesidad, un nivel elevado de triglicéridos en sangre, hipercolesterolemia y resistencia a la insulina, son los desencadenantes de este síndrome, que no deja de ser una situación proinflamatoria de nuestro organismo. No siempre se presentan todos los síntomas, si bien suelen ir de la mano.
Para diagnosticar el síndrome metabólico se utilizan una serie de parámetros bien definidos:
Obesidad abdominal (más de 102 cm en hombres y de 88 cm en mujeres).
Aumento de triglicéridos en sangre: > de 150 mg/dl.
Descenso de HDL (“colesterol bueno”): < 40 mg/dl.
Hipertensión arterial: > 130/85 mmHg.
Glucemia basal alterada: glucosa en ayunas > 100 mg/dl.
Resistencia a la insulina.
Una alimentación incorrecta, el sedentarismo, el estrés y el tabaquismo son los desencadenantes de estas alteraciones. Por eso el estilo de vida es importante, tener hábitos de vida correctos nos ayuda a mantener a raya el síndrome metabólico.
¿Significa esto que si hacemos todo bien estamos libres de tener un accidente cardiovascular? Por supuesto que no, pero reducimos mucho las posibilidades de que suceda, y en el caso de que llegase a ocurrir nuestro estado de salud es mucho más propicio para superarlo con éxito.
¿Qué hacer cuando nos diagnostican síndrome metabólico? Después de lo anteriormente expuesto creo que está claro cuál es el camino a seguir. Perder peso es una de las medidas más efectivas ya que normalmente con ese simple gesto (perder entre un 5 y un 10% del total del peso corporal) podemos mejorar mucho los parámetros bioquímicos (triglicéridos, colesterol y glucosa). Conjuntamente hacer ejercicio físico es un seguro de vida, además de ayudarnos a revertir el síndrome metabólico nos ayudará a prevenir la sarcopenia o la tan temida osteoporosis. Estamos diseñados para movernos, no para pasar el día sentados en el sofá.
Lo mejor en estos casos es ponerse en contacto con un profesional, tanto de la nutrición como del ejercicio físico que nos paute recomendaciones adaptadas a nuestras necesidades y nuestras capacidades, para evolucionar poco a poco y sin hacer disparates que luego paguemos caro o bien con efecto rebote (en el caso de una dieta mal planificada) o bien con una lesión (en el caso de ejercicio físico sin un planeamiento previo).
Ya sabes “Cuídate hoy para estar bien mañana”
Fuentes:
Síndrome metabólico e incidencia de Covid 19